'High Fidelity'Vivienda MV61. Madrid


'High Fidelity'Vivienda MV61. Madrid

Año2021CategoriaViviendaColaboradoresAlba Fernández MíguezFotografíaAntonio Vázquez

‘HiFi’ es una vivienda con mucha historia y carácter que hemos intentado respetar al máximo siendo fieles a su planteamiento y materiales originales, al tiempo que se adecuaba su distribución y programa a las nuevas necesidades de una familia, que no va a renunciar a seguir comprando libros y vinilos en la era digital. Su encargo supuso un gran reto para nosotros, ya que a pesar de que la vivienda había sufrido muchas intervenciones previas y quedaba poco de su estado original, nos sentimos moralmente obligados a recuperar la atmosfera del proyecto inicial como gran ejemplo de un lenguaje racionalista sencillo y honesto.Poco se podía hacer para mejorar su distribución, que planteaba una diferenciación clara de las zonas según usos habitables o de servicio, y una búsqueda de la luz natural, renovación de aire y conexión con la naturaleza de sus patios en todas las estancias vivideras. Sin embargo, para adaptarnos a los nuevos estilos de vida que plantean espacios más abiertos y conectados entre sí, el debate del proceso nos llevó a reubicar la cocina de forma anexa a la zona de estar, conformando un espacio con tres huecos a la calle, como núcleo principal de la vivienda. El nombre de ‘High Fidelity’ surge como un doble juego de palabras en relación con el carácter respetuoso de la intervención, y con un guiño generacional sobre la novela y película del mismo título para hacer referencia a un universo de libros y vinilos de música, elementos que acompañan a la familia propietaria de la vivienda de esta historia. El esquema original de la casa planteaba como hemos explicado una distribución muy fragmentada con un pasillo desde el que se accedía a las diferentes habitaciones, para conducirnos al final al salón de la casa. Tras varias propuestas que planteaban una zona publica más inmediata al acceder a la vivienda, finalmente se mantuvo el esquema de acceso, zona privada y zona publica, diseñando una estantería de obra en el pasillo que redujera visualmente su longitud y que conectara con más fluidez el acceso a la vivienda con el salón y la cocina abierta.El vestíbulo tenía una gran dimensión como se acostumbraba en aquella época, con lo que resultó muy fácil acondicionarlo para su uso como zona de trabajo, cambiando las carpinterías de ventana para ganar más superficie vidriada y hacerlo más luminoso. Los materiales se trataron de recuperar en la medida de lo posible, aunque en algunos casos fue inviable, con lo que se eligieron acabados técnicamente mejorados pero de apariencia similar, como es el caso del solado porcelánico hexagonal color terracota del baño. En la cocina se mantuvo el solado origen de baldosa hidráulica en damero de dos tonos negro y burdeos que contrasta con la nueva cocina de líneas sencillas en blanco y madera.Se retiró la tarima de pino Melis que estaba oculta bajo capas de suelo vinílico, para colocar una tarima de alerce como una alternativa más económica, pero con una estética igual de confortable. Al tratarse de una vivienda en esquina, se realizaron diferentes cambios en la colocación de la tabla para acompañar la dirección de entrada de la luz y marcar con tabla ortogonal las trazas del muro de carga existente y el ámbito del pasillo. El resultado final es una vivienda funcional y coherente, de líneas sencillas y depuradas, que pone en valor su esencia original, para disfrutarla en el día a día sin distracciones.

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